lunes, 23 de mayo de 2011
Mi encuentro - Gabriela Rodríguez.
Entré a un callejón oscuro, había muchos hombres en los que seguramente no podía confiar, tenia mucho miedo era como entrar a una cueva llena de lobos de la que seguramente no saldría, pero seguía caminando con la esperanza de que hubiera una salida al final; ahí también estaba la entrada/salida del bar de donde quería huir, di vuelta pues se veía más luz de la que había en el callejón, sentí pasos, no quería voltear por miedo a que me hicieran daño.
Comencé a caminar cada vez más rápido, un miedo intenso iba subiendo por mi cuerpo recorriendo cada centímetro de mi ser, vi una reja que se interponía en mi huida, la azoté y un presentimiento me dijo que quizá seria la ultima vez que vería la “luz”, tenia puesto un abrigo negro que me cubría desde el cuello hasta las pantorrillas, estaba descalza y con todo mi cuerpo lleno de sangre.
Decidí dar media vuelta y enfrentarme a quien estuviera detrás de mi, volteé quizá con miedo, quizá con ganas de que me matara y por fin terminar, pero estaba parada como a 10 metros de mí, sólo viéndome, continúe, pero se interpuso en mi camino, me le quede viendo, después de todo no creía que una mujer me pudiera hacer daño, me vio y me desvanecí por completo…
Cuando me desperté no podía mover mis ojos, estaba desnuda y había ropa a mi lado, un pantalón de mezclilla, ropa interior que parecía nueva, una playera y un suéter, mi cuerpo estaba limpio ni una gota de sangre; vi una silueta, su cuerpo estaba súper marcado, cada curva donde tenia que estar, no alcanzaba a distinguir su rostro, “No te preocupes vas a estar bien”, volví a quedarme dormida.
Cuando volví a despertar ya me podía mover, ya estaba vestida, me paré y buscaba la salida pero no se veía puerta alguna, ella estaba de espalda, tengo que aceptarlo tenia unos glúteos hermosos, pero era irrelevante, tenia que salir de ahí, me volteó a ver y con una sonrisa me preguntó “¿Cómo estas?”
Llevaba algunos días encerrada con ella, solo me levantaba, comía, baño, y dormir, me sentía débil en demasiadas maneras, no me consideraba secuestrada pues ella a veces no estaba y había unas llaves sobre la mesa.
Decidí después de mucho tiempo que era hora de regresar a mi vida, tome las llaves y me salí, caminé por las mismas calles que caminaba, supuse antes de irme que nadie se daría cuenta de mi ausencia, y no me equivoqué, llegué al edificio, el portero me saludó como siempre “Buenas noches señorita”, mi vecina me miró como de costumbre “Esa bollera”, el perro del vecino del segundo piso movió su cola cuando me vio, mientras Esteban le llamaba “Rodolf deja a la señorita”, parecía que solo me había ausentado algunas horas.
Entré a mi departamento, todo en orden, todo en su lugar, fui directo al baño, tomé una ducha; me paré frente al espejo desnuda, mis pechos no estaban tan firmes como los de ella, mi vientre tenia algunas estrías y no estaba formado como el de ella, mi cuerpo me comenzó a dar pena con cada comparación al suyo, la comencé a extrañar, ahí, parada frente al espejo.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, la necesidad que tenia de ella o la necesidad que tenia de salir de esa estúpida monotonía me desgarraba el alma, tuve tantas ganas de romper ese reflejo “Y ni siquiera a eso me atrevo”, me vestí y preparé mi cama, me recosté mirando al techo, no dudé un segundo (primera vez que no dudo en tomar una decisión) hice mis maletas, llené con ellas lo que pude, dejé un poco de dinero por la renta de ese mes, abrí la puerta… Dejé las maletas, regresé directo a la recamara y rompí el espejo con mi puño, volví a tomar las maletas y salí.
Regresé al callejón donde la vi por primera vez, ella ahí estaba sólo parada, cuando me le acerque, dijo “Te tardaste mucho” tomó mi mano, “Cada que te veo hay sangre en tu cuerpo”, le sonreí y caminamos.
Llegando a su casa abrió y me dijo “Si entras ya no vas a volver a salir, no podría soportar el perderte de nuevo, fui a ese callejón dudando si regresarías, sentí como el corazón se me partía en pedacitos y tu ausencia no la soportaría do veces, no es por ti, es por mi y por lo que yo necesito, si realmente quieres formar una vida a mi lado con hijos y todas esas cursilerías entra, pero si no quieres o puedes, es mejor que regreses a tu departamento y finjas que nunca me conociste”.
No entendía por que me dijo tantas cosas, como si nuestra relación fuera de 20 años, como si nos amaramos, como si por lo menos supiera su nombre, pero en ese momento no me importo y decidí entrar, prendí la luz deje las maletas, ella cerro la puerta, dije “Para empezar ¿Cuál es tu nombre?”, se me acerco me susurro al oído “Cly” y me beso, me separe de ella “¿Por qué me besas?, yo no soy lesbiana” Cly me miro con odio, me dio una cachetada, me aventó contra la pared gritando “¿Por qué entraste?, ¿Por qué me engañaste?” introdujo su mano en mi vagina, siguió golpeándome.
Me ató las manos y colgó en una especie de gancho, me rompió la nariz con sus anillos, mis labios ya los había partido, mis senos los movía conforme su voluntad, sus uñas las sentía hasta mis huesos, arrancaba o jalaba (no sabia realmente lo que ocurría, igual dolía) mi cabello, realmente quería defenderme pero no se qué me lo impedía, era como si sus golpes provocaran en mi algo más que dolor, me desmaye.
Cuando me desperté ella estaba parada a mi lado llorando, me senté en la cama y me le quede viendo como si no hubiese pasado nada, le dije “Perdón pero no sabia que era gay hasta que te conocí” mientras recorría su cuerpo para besar sus labios, me tomo de la cintura, y me hizo el amor, fue tan diferente y tierno.
Veía la tarde como poco a poco se desvanecía sobre mis ojos, el sol se ocultaba y la obscuridad comenzaba a rondar mis pupilas, la puerta se abría pero mi corazón la seguía viendo con dolor, la noche pasada había maltratado tanto mi cuerpo que aun el dolor invadía todos mis pensamientos, se abrió por completo, escuche risas de una desconocida, me pare y fui a ver; estaba besando a una rubia con un cuerpo espectacular, me volteo a ver y pareció que no le importo, me acerque a ellas “¡Cly!, ¿Qué haces?” me contesto como enojada “¡Vete de aquí!, ¡Déjame disfrutar de un cuerpo así, y no como el tuyo!” retrocedí algunos pasos, me recargue a la pared y vi, como hacían el amor, la tocaba como si se amaran, como si conocieran todo lo que les gusta, todo lo que les causa placer, y me di cuenta como es que ese mismo termino lo use erróneamente cuando me toco.
Los días siguientes ni siquiera me volteo a ver, estaba enojada con ella así que tampoco yo la busque, ella llegaba se iba temprano y llegaba tarde, no desayunaba ni cenaba conmigo, poco a poco me fui acostumbrando a su ausencia, comencé a ver lo que hacia falta en la casa, a limpiar, barrer, hacer de comer, cada vez más la casa se iba volviendo mi confidente, con quien yo podía desquitar tantas frustraciones, mi corazón rogaba por un poco de su cariño, pero mi orgullo no me permitía siquiera voltearla a ver, me acostumbre tanto a vivir sola entre aquellos muros que se llego un momento en el que no pensaba en ella.
Era una noche de aquellas que la memoria no le importa matar al corazón, veía la hermosa y grande luna que se asomaba por la ventana, Clidia aún no había llegado, así mi mente recordaba el significado de su nombre: “Agitada en el mar” a mi parecer el nombre le quedaba súper bien a esa mujer, lo busque en Internet y encontré este significado, ahí ya no estoy tan de acuerdo:
Análisis por numerología del nombre Clidía
Naturaleza Emotiva:
Naturaleza emotiva, amable y condescendiente. Suave, cordial, sagaz. Ama la armonía de las formas y los métodos persuasivos. Le gusta sentirse alabado.
Naturaleza Expresiva:
Se amolda a todo. Se expresa en la jovialidad, la amenidad y la prodigalidad. Ama la dignidad y el renombre, lo bello, lo que crece y engrandece.
Talento Natural:
Es mente de pensamiento impaciente. Se expresa como pensador receptivo, sensitivo y observador en actividades que requieren de la versatilidad, la novedad y la curiosidad. Recibe aumento en los campos de acción que tocan al sentimiento, al deseo de vivir y al de inquirir en todos los campos, más bien como mente directora que como mano ejecutora. Ama el amor, no por lo que da, sino por lo que es.
Podría destacar en profesiones como vendedora, psicóloga, investigadora, escritora, detective, viajante, corredora de bolsa o de seguros y cualquier profesión que implique manejo de dinero.
Cuando llegó me volteó a ver con aquella mirada de niña pequeña que encuentra a su madre después de haberla extraviado, cerro la puerta y camino hacia mi, me tomo el rostro mientras decía “Perdón por todo lo que te hice pasar, por todas las groserías, palabras, malos tratos que te cause, perdón, no puedo creer todo lo que te hice después de haberme entregado tu vida, perdón” la mire, las lagrimas se me salieron, después de tanto tiempo por fin se había dado cuenta de todo, ¡Esta arrepentida, cambio! Pensé; después de todo quizá la descripción de su nombre no sea del todo mentira, la bese, me beso, nos besamos, extrañaba tanto sus labios, su cuerpo, es tan sensual cada parte suya, tuve un orgasmo ¡Mi primer orgasmo! Fue indescriptible, mis piernas, mis manos, mi vientre, todo mi cuerpo apunto de explotar con tan solo un poco de ella.
Los días comenzaron a tornarse monótonos, ¡un día y que hermoso día! Pero solo uno en el que ella se arrepintió y me amo, después de eso como quizá si me seguía amando y pues supongo que si pero nada mas, llegaba de trabajar –supongo- a las 6.00 me hacia el amor o teníamos sexo –ni siquiera se cual es la diferencia- cenábamos, veíamos un rato la tele me decía –quieres ir a dormir- (no me lo preguntaba, realmente lo decía) me ponía la pijama, e iba a dormir, cuando suponía que estaba dormida ya, salía y regresaba hasta la madrugada oliendo a otro perfume; No quería discutir sabiendo que no podía llegar a nada.
-“A veces dejo que me lastimes, no por que no me pueda defender o por que soy masoquista, pero a veces quiero que sientas ese placer, quiero que tu deseo se cumpla con mi cuerpo, a veces tus uñas u otras veces palabras, dejo que lo hagas por que estoy segura que es mi decisión, a veces la humillación te excita tanto que te la permito, que me rasguñes y quieras destrozarme a besos”.-
Durante los siguientes 15 años formamos una vida suficientemente monótona como tantas otras, tuvimos 2 hijos –Obviamente de mi vientre- Sara y Alexis, Nos mudamos de casa pues aquella estaba muy pequeña para los pequeños, cada fin de semana nos divertíamos exageradamente, por esos días podía seguir respirando durante la semana, ella realmente me amaba esos días; No me atrevía a pedirle más.
Durante esto 15 años soporte más de lo que un ser puede hacerlo, solo justificando la decisión que tome aquella noche, sé que ya estaba harta de tantos malos tratos tuyos, que la vida ¡sí! había cambiado totalmente desde que me salvaste de ese callejón, por primera vez tomé una decisión sin pensar, la tomé por amor, encontré en ti un sentimiento que nunca antes había sentido; pero esa libertad interior me condenó a una prisión a tu lado, mientras me recuperaba de alguna manera me perdía de otra, llegué a un punto en el que las cuerdas de los títeres se quedan largas en comparación a las que tu ya habías cortado y amarrado para mi, me convertí solo en un viejo mueble que decoraba tu casa, me sentía innecesaria para tu vida pero tantas cosas me detenían para salir corriendo; los niños estaban creciendo apenas, la casa necesitaba mis cuidados, de alguna manera extraña estoy segura que necesitas mi compañía, todo aquí me necesita de uno u otra forma.
15 años de mi vida donde pase a ser segundo plano de alguien, me moría en el olvido, quizá si fuera literal nadie lo notaria, o por lo menos ella no lo notaria, me metí a bañar, salí, fui a la recámara me desnudé y me miré frente al espejo, me repetía una y otra vez – Esta soy yo y aquel callejón morí, dejé de ser yo, me tomaste entre tus manos, me sanaste y saliste al mundo – Mientras mi reflejo no refleja más que a Cly, más que mi propio cuerpo, más que mis propios complejos, mas que mi propia forma de pensar, mas que esa figura espectacular que siempre quise, mas que mis sueños y deseos, mas que mi realidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario