Este es el relato para el grupo de Adictos a la escritura en el mes de mayo. Se trataba de que por parejas hiciéramos la interpretación de una misma imagen. A mí me tocó con Juan Andrés (Aquí su relato). A continuación la bella imagen que otorgaron en el grupo y el humilde relato que se desprendió de ella.
TODO A SU TIEMPO
La aflicción me llevó a recorrer Parque Berry
cada tarde, sin falta. En ese entonces Alicia había dado por terminada nuestra
relación de tres años, y yo pensaba: ¡tres años! ¡¿Cómo es que algo así puede
hacerse a un lado tan fácilmente?! Bueno en realidad sí se puede, porque
Alicia, al parecer, lo estaba llevando muy bien, mientras que a mí me seguían
temblando las rodillas únicamente con los recuerdos. Por ejemplo, al rememorar la
fría mañana en que dijo: Tenemos que hablar, hallé en mi memoria la
certeza de que ya todo estaba perdido, y sin embargo admití mi derrota; si
Alicia ya no quería estar conmigo, no podría forzarla a permanecer a mi lado.
Eso sí, confieso que el corazón se me hizo
añicos, pero aún la quería y, por lo mismo, nunca se me hubiera cruzado por la
cabeza atentar de algún modo contra ella. Lo mejor era dejarla en paz, alejarme
y ya. Aunque en consecuencia y para ser sincero, mi comportamiento no fue el
más adecuado: estuve llorándole casi un mes, encerrado en la recámara que
llegamos a compartir, tomando las cosas que había olvidado, pegándomelas al
pecho y sobre todo embadurnándolas con el llanto. Ciertamente patético.
En este estado emocional, un día de verdadero
valor salí a caminar y me encontré en una posición desconocida. Con las manos
dentro de los bolsillos delanteros del pantalón, me di la vuelta y quise regresar
a casa, pero me sorprendí sin dirección en un callejón apenas iluminado que se
asemejaba bastante a mi interior. Decidí entonces seguir caminando y pronto
visualicé la verja deteriorada de un lugar extrañamente concurrido, que en la
parte superior tenía un gran anuncio que componía “Parque Berry” con letras que
alguna vez habían sido doradas. Entré sigilosamente, pues aunque había cierto
barullo del otro lado no quería llegar tan repentinamente. Todo a su tiempo, decía mi padre, pero los pájaros no entendían
nada sobre las cosas de los humanos y alzaron el vuelo apenas estuve en la
senda principal de Parque Berry.
Con lo que me encontré tras la verja fue asombroso,
casi un sueño del que ahora creo haber podido despertar, en que los altos setos
daban una imagen singular: una clase de ocultismo y profundidad natural. El
aroma plagado de abetos, piceas, pinos y una que otra ortiga, daba paso a
senderos limpios más lisos que el pavimento de afuera.
La
aflicción me llevó a recorrer Parque Berry cada tarde y a salir del sitio
también. Porque después de lo de Alicia, aquel lugar me atrapó y pasé allí
dentro lo que mis padres, en exagerada rectitud, denominarían como “días
enteros”. Fui testigo de niños que conducían sus triciclos tan lentamente como
la ondulación del viento, de flores con sonrisas angelicales, del trayecto de
las nubes entre los árboles, de la frescura que acariciaba a los hombres y de
hombres que tomaban de la mano a esbeltas muchachas sin rostro a quienes al ver por
la espalda, temía que al volverse tuvieran los ojos de Alicia.
El tiempo transcurría y transcurría, y una
tarde, cuando seguía caminando sin rumbo, decidí que era mejor sentarme en una
de las bancas posicionadas a los costados de los laberínticos senderos de
Parque Berry. Mi trasero se sintió un poco incómodo al principio y a partir de
eso me surgió la duda de cuánto tiempo llevaba en aquel terreno. Posteriormente
escuché una risa lejana y después, cada vez más cerca. De atrás de un grandioso
olmo emergió andando un hombre maduro, que aunque no era viejo estaba encorvado
y parecía detener algo a la altura de su estomago. El hombre no reparó en mí,
pero se sentó en la banca de enfrente.
Pronto descubrí que lo que sostenía con su
mano izquierda, y a la altura del estomago, era un perro aletargado, al menos
para mí, de raza desconocida. Lo admito, lo compadecí apenas con el pequeño
vistazo que le puse encima: sus ropas estaban gastadas y su piel lucía casi
marchita, la suciedad lo cubría y, no obstante, llegue a envidiarlo también por estar con el ser al que quería y porque le brillaban los ojos al destinar con
alegría algunas palabras hacia dicho animal.
Me sentí un poco tonto mirando aquella escena,
pero me di cuenta de que yo era bastante similar a ese perro: dormido ante la
vida, disfrutando de tiernas caricias que complacían sólo a quien evitaba su caída.
Aparté la mirada del hombre y de su perro, y cuando volví mis ojos hacia ellos ya
todo se había disuelto. ¿Y yo? Yo estaba de pie bajo la lluvia, en el andén del
tren que llevaba a casa de Alicia. El llanto se avecinaba, cruel y advenedizo, de
modo que lo contuve estoicamente al entonar una canción.
Watching every
motion / in my foolish lover's game / on this endless ocean / finally lovers
know no shame*.
No sé cómo sucedió y espero que nadie quiera
preguntarlo algún día, pero volví a casa a través de la lluvia, despojándome de
toda la ropa y colocándola en un cesto, tal como Alicia siempre había intentado
que hiciera en su compañía; y por último, preparé la tina de baño a la
temperatura que tanto le gustaba a mi madre y un café bien cargado como el que
complacía a mi padre. Finalmente no me quedó de otra, más que sumergir todo el
cuerpo en el agua caliente, y así, sin postergarlo más, dejar de extrañar a
Alicia; que en el acto ya era parte del ayer, un ayer que me había herido en la
medida de, también, haberme abrigado.
*El fragmento es de la canción Take my breath away del grupo Berlin.
*El fragmento es de la canción Take my breath away del grupo Berlin.
personaje extraño, como sumido en un sin fin de recuerdos que no lo dejan crecer solo, sus padres, su ex, todos tienen un lugar antes que él mismo
ResponderEliminarmuy bueno el relato
un saludo
Un relato donde dejas claro que todo se supera y que por muy mal que uno este siempre hay que tener esperanza que la cosa mejorará. Muy bien llevada la narración.
ResponderEliminary yo me apuré, de ansioso no más, acá está la otra parte!
ResponderEliminarSaludos
http://cercandoeldestino.blogspot.com.ar/2012/05/incondicional.html#comment-form
Muy buen relato!! Ese pobre tipo estaba esperando una cachetada que lo sacara de su miseria, pobre, jaja.
ResponderEliminarMuy bien narrado, Athena, con imágenes muy hermosas, como la de los niños conduciendo sus triciclos como la ondulación del viento. Falta algún tilde por aquí y por allá, pero nada más.
Besos!!
Me alegro de que al final saliese del bucle en el que se encontraba y decidiese pasar página y seguir adelante. El pobre no podía seguir así.
ResponderEliminar¡Me ha gustado mucho y la imagen es preciosa!
¡Un beso!
Athena: Pues veo que la lluvia ha sido motivo de inspiración para algunos compañeros y para ti.
ResponderEliminarCuando una es vieja, no puede entender como los jóvenes desperdician su vida hundiéndose en la nostalgia y dejándose vencer por los recuerdos. A veces pienso que si volviera a se joven, aprovecharía cada minuto de mi vida.
Un relato triste y lleno de melancolía, pero bastante bien escrito.
Cariños: Doña Ku
Igual que Doña Ku, yo pienso y estoy segura -porque a mí me inspira-, la lluvia es el componente perfecto para escribir un buen relato. Respecto a él, pues lo encontré precioso, amo los animales y aunque el dolor ciegue, uno debe seguir adelante con ellos. Nos enseñan mucho, y nos brindan sabiduría.
ResponderEliminarSaludos
Hola, me ha gustado tu relato, muy nostálgico, de pérdidas y nuevos caminos. Muy bien narrado, sólo falta uno que otro tilde, pero por lo demás, muy bien. Nos seguimos leyendo. ¡¡¡Saludos!!!
ResponderEliminarQue triste estar en esa situación, de verse aletargado en la vida y lo más triste es saberlo y sentir que no puedes hacer nada al respecto!!! Muy lindo el relato, centrado de manera bastante indirecta en la imagen xD Después de todo la imagen del hombre y el perro fue lo que lo hizo despertar...
ResponderEliminarNos leemos ^^
Un nostálgico y triste relato muy bien sabido llegar. La vida pone obstáculos para que uno deba superarlos, y no dejarse llevar por la corriente silenciosa del desamparo.
ResponderEliminarSaludos.
Me gusta el tipo de lenguaje que usas, te queda la mar de bien y la historia queda bien narrada.
ResponderEliminarUn beso.
Me gustó mucho tu texto. Lamentablemente la vida está lleno de esos momentos y lo importante es salir adelante y extraer lo bueno que nos dejó. Cuesta, y a veces los recuerdos son un motor que en fondo ayudan a encontrar la salida.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Vale, por un lado, tengo un sentimiento muy positivo sobre tu relato: me ha gustado en contenido y forma. Por otro, me deja tocada ¿tres años? ¿Tanto tardó en desprenderse de esa tristeza por un desamor? Uff, aterra el mero hecho de pensar en ello, la verdad, sobre todo estando como estoy en plena crisis existencial.
ResponderEliminarNo se qué os han dado a todos este mes, que los que no tienen bichos mutantes se suicidan o les dejan colgados, o matan a sus familiares o sus bebés están enfermísimos o resulta que se acaban las mujeres... :S Qué mal os ha sentado Mayo xDD
Na, bromeo casi del todo, me ha gustado mucho :p
¡Hay, qué relato tan bello! Me encantó la narración, el escenario, los tiempos... ¡El personaje! x3!! Sí, me encantó el personaje y el perrito xD
ResponderEliminarDisfruté muchísimo leyendo *-*!! Gracias -3-
¡Hola Athena! Tu relato es muy reflexivo, muy tierno, a mi me ha fascinado porque me gustan mucho todos los animales :) ¡un abrazo!
ResponderEliminarQuien haya tenido el corazón roto alguna vez en su vida se emocionará con este relato. Me alegra que nuestro prota decida pasar página. Excelente.
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato. En pocas lineas describes el carácter del chico. Se le ve inmaduro, siempre nombrando a su padre y a su madre y no pudiendo digerir la pérdida de la mujer amada. Enhorabuena.
ResponderEliminarHola :) Me gusto mucho tu relato, me dio un poco de lastima y coraje por igual por la actitud del chico. Pero me alegro de ese final.
ResponderEliminarBesos :)
Aww me gustó el relato, y la imagen la usaste literalmente y de un modo que la verdad no me esperaba, muy lindo, por mi parte no encontre faltas,y la historia se me hizo linda, algo triste sin duda :)
ResponderEliminarMe encanto el detalle de la canción de Berlin, que es muy linda por cierto.
Pues muchas gracias por tu participación, te mando un abrazo n_n
Muy interesante tu historia. Un relato bastante bueno del duelo de un hombre y de su posterior avance a la catarsis a través de una simple visión.
ResponderEliminarMi intención es felicitarte pues plasmaste muy bien (y en pocas páginas, además) uno de los conjuntos emocionales más difíciles del ser humano.
Te mando un abrazo y nos leemos luego :)
Atte: Ichabod Kag
Sin duda para superar los dolores y la nostalgia del pasado se ocupa solo un poquito de tiempo en soledad y admirar lo que se tiene alrededor para entendernos en una nueva etapa ^^ excelente relato Athena, me gusto muchísimo esta caminata de reflexión por el Parque Berry, no se porque me dio aires al estilo Lobo Estepario.
ResponderEliminarUn abrazo y nos andamos leyendo =D!
uuufff bastante emotivo. Qué bien que haya superado ese dolor. Me gustó mucho la forma en que plasmaste el dolor de haber perdido a alguien que se quiere.
ResponderEliminarMuy bueno el relato
Esperanzador, esa es la palabra. Genial como siempre
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