lunes, 23 de mayo de 2011

Tarde - Kate PB



Tarde, tarde, tarde.... − Se repetía en mi mente. Abrí la puerta del apartamento lo más rápido que pude, pero las bolsas de la compra me impedían el paso

− ¡¿Que mierda te pasa?! ¿Acaso crees que te voy a esperar toda la vida?.. Llevo esperándote media hora ..¡¿Eres estúpida o que?!
− Lo siento − me disculpe, aunque no sabia por que.
− ¡Muévete!

La cena era exactamente como él la quería, no me gustaría que se enojara.
− Manuel... ¿Puedo ir a cenar con mis padres? − Le pregunté.

Hace por lo menos dos meses que no veía a mis padres, y tres que salía con él. Siete semanas desde que había dejado mi trabajo, cuatro desde que no salía de casa si no era al supermercado y dos desde que no podía dejar de tener esa sensación de que se estaba haciendo tarde.

− ¿Para que? − dijo bruscamente
− Hace mucho que no hablo con ellos − susurré.
− Pues ¿para que hace faltan? quédate aquí, no es que fueran importante. − Su mano se movía diestramente, al pasar el cuchillo por la carne.
− Cierto, no es importante − respondí.

Al día siguiente me levante temprano, a él le gustaba que estuviera listo su desayuno antes de ir a trabajar. Barrí y arreglé la casa, necesitaba que el estuviera feliz.

− Cariño − llamó desde la puerta. Tenía flores en sus manos.

− Gracias amor. − Respondí con una sonrisa, eran petunias mis favoritas.− las pondré en agua.
− ¿Que haces? − Preguntó al rato, mientras me abrazaba por detrás.
− Me arreglo − Alisé las arrugas imaginarias de mi ropa.
− ¿Para qué?
− Marta, la vecina me ha invitado a su fiesta ¡Tendrán un bebe! ¿No es maravilloso? ... podríamos tener uno nosotros − una sonrisa adornaba mi rostro hacia la idea.

− No irás − su mano sujetaba mi brazo fuertemente. Dolía.
− ¡Suéltame! − forcejeé. Pero el era demasiado fuerte.
− No iras − volvió a repetir, esta vez un poco mas bajo... pero su tono denotaba una orden
− ¡Suéltame! − dije − quiero ir.
− Y yo te he dicho que !NO! − Su mano se elevo y se estampo en mi rostro.

- Es cierto. Mejor me quedo aquí. – Dije mientras una lágrima se deslizaba por mi rostro
- ¿Ves como debes escucharme? Yo se lo que es mejor para ti… - Volvió a abrazarme – Vamos. Aun no hemos cenado. – con eso ultimo se dirigió hacia el comedor y se sentó.

Yo me dirigí a la cocina. No hay que hacerlo enojar.

Tarde − Susurro mi mente.

2 comentarios:

  1. muy bueno! y lamentablemente muy real tambien!

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  2. ¡Ay Kate!!! Que no había leído esto, pero qué triste, ¿eh? Y lo peor...No es ficción!!!

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