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lunes, 1 de abril de 2013

Lanzamiento de mi poemario: Conjugando-me

Hola, ¡hoy es un día muy especial para mí! 
Y es que Conjugando-me es un poemario en el que trabajé por aproximadamente 6 meses, y hoy lo comparto con todos ustedes... en verdad espero que lo disfruten, ¡saluden a mi bebé!

Título:
Conjugando-me.
Género: Poesía.
Páginas: 50.
~Autopublicación~
Gratuito.


Descripción: Con más de 30 poemas y 3 escritos en modo narrativo, Conjugando-me no es sino la extensión (en imágenes hechas por medio de palabras) de mi interior.

Así, Conjugando-me nace de la libertad que me tomo con el lenguaje y del ejercicio literal (y hasta infantil) de la conjugación de verbos, trasladado a su vez (a capricho y con todos los riesgos que esto conlleva), a un juego simbólico donde el verbo pretendo ser yo: ¿Cómo me relaciono con los otros y con el mundo? ¿Qué es mío, qué me ha sido dado y qué es reconfigurado?

En las páginas de este poemario (probablemente) encontrarán las respuestas a dichas preguntas. ¡Y no se asusten! Este no es un escrito autobiográfico, si bien tiene mucho de mi vida, espero aportar aunque sea un punto y seguido a su propia búsqueda personal... Pero si lo logro o no, es algo que ya ustedes decidirán.

Una pequeña probadita con un poema (y de fondo mi horrenda voz):

jueves, 21 de marzo de 2013

En el día de la poesía: una pregunta y una pista :D

¡Hola, hola! Como ya sabrán, hoy es el día mundial de la poesía (y de los bosques y de la eliminación de la discriminación racial, y además ocurre el equinoccio y un millón de cosas más... pero bueno). 

Me dejaré de rodeos y aquí va la PREGUNTA que quería dejar (que más bien son dos XD): ¿Les gusta la poesía? ¿Tienen algún poeta o poetisa preferido(a)?

La poesía me ha acompañado de distintas formas a lo largo de mi corta vida, y si he de elegir los versos de alguien, esos deben ser los de Rosario Castellanos, Xavier Villaurrutia, Jaime Sabines, Anne Sexton y Fernando Pessoa.

Ahora la PISTA...
La imagen que a continuación coloco es de una publicación que tendrá lugar muy pronto. Puedo decirles que se trata de un proyecto en el que he trabajado por alrededor de 6 meses y del que les estaré dando detalles más adelante. 

¿Qué es? Con el post supongo que es obvio, pero... 
¿se imaginan que hay detrás del "monito" de la imagen?


¡Besos y abrazos! ¡Nos leemos pronto!

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Concursos de Tetsu Hana y Dunkel Engel.


Hola a absolutamente todos. Los invito a participar en dos concursos, en cualquiera de ellos pueden ganarse un libro de una de mis escritoras favoritas, que es Laura Gallego. Ya sea Donde los árboles cantan en el Librero de Tetsu Hana o La emperatriz de los etéreos en Mi mundo de libros organizado por Dunkel Engel, donde puedes elegir ese o Firelight o Donde habitan los ángeles. Como ven, lecturas más que interesantes.

El librero de TetsuHana - Fantasia en Navidad
El librero de TetsuHana - Fantasia en Navidad

lunes, 1 de noviembre de 2010

Relato: Entre las sombras de la noche - Erzengel.

1er lugar "Entre las sombras de la noche" de Erzengel.

Otros blogs de la autora:
Erzengel: Palabras al viento
Ángel vagabundo
Ángeles del crepúsculo


Mil y una veces le había dicho a mi hermana menor que no tomara este camino de noche. Sé bien que si me estuviera viendo ahora, sería ella quién regañara y yo el niño en penitencia. Pero necesito atravesar media ciudad lo más rápido posible y la calle
Oscura resulta ser el sendero más rápido.

Es Halloween, la ciudad está vestida para la ocasión y yo que llego tarde a la fiesta donde mi cita me espera.

Mariel, la chica nueva del instituto, aceptó ir conmigo al baile y ya voy tarde. Mis padres no tuvieron mejor idea que salir de compras, dejándome a cargo de mi hermana. Para colmo, como penitencia por haber chocado con mi auto, mi padre ha decidido no prestarme el suyo…

Suspiro.

Hacía ya mucho tiempo que no visitaba ese lugar. Podía percibir todos los cambios, algunos sutiles, otros visibles desde lejos.

No le asombraba en absoluto el avance de aquel sitio. La ciudad se había expandido, ahora se colmaba de luces y colores.

Nadie la recordaba, por eso mismo se había permitido a sí misma regresar.
No era bueno permanecer mucho tiempo en una misma zona. No, no le convenía en lo absoluto. Pero ya era tarde y no tenía otro lugar dónde ir.

El antiguo pueblo que había conocido ya no existía, su pasado se había desvanecido con las ultimas calles de polvorienta tierra blancuzca.

Y allí estaba ella, maravillándose al descubrir que la vida se le pintaba nueva, como si acaso le estuvieran dando una nueva oportunidad para vivir…

Sí. Es oficial: yo, Nicolás Alum, estoy bañado de pura mala suerte.
Los taxis a esta hora ya no funcionan por ser día festivo y voy llegando tarde. Dudo mucho que Mariel me esté esperando aún.

La calle Oscura es la única poco transitada. Podría correr sin peligro de que algún carro me atropelle, más no pienso correr, mi traje de noche de brujas es el resultado de semanas completas de ahorro y no voy a estropearlo. No. Quiero llegar a la fiesta en óptimas condiciones. O lo mejor posible, al menos...
Recuerdo que cuando era niño siempre me avisaban del peligro que representaba el camino que estoy transitando.

Toda la ciudad lo sabe. De noche, nunca debes caminar por aquí.
Yo quiero, necesito, llegar al baile. Sino, de ninguna manera habría tomado este sendero.

He leído en los diarios sobre extrañas desapariciones, jóvenes que daban aviso en sus casas porque salían a alguna cita y ya nunca regresaban. Pero de eso, hace más de 50 años. Ahora, todo es leyenda.


El viento sopló levemente y su vestido de suave gasa azul flotó mecido por el aire en movimiento. Buscó la luna en el cielo, no pudo encontrarla.
Una vez más se había sumergido en el océano de recuerdos lejanos.
Para alguien como ella, la vida no se contaba en años, sino en milenios. Alguna vez, hacía tiempo, habían sido muchos; pueblos enteros a decir verdad. Ahora, apenas quedaban algunos…

No se sentía feliz de su naturaleza. No, en verdad lo lamentaba.

Subsistir valiéndose de la vida de otros no es algo de lo que ella se sintiera orgullosa. Más de una vez había intentado escapar a esa debilidad a la cual se veía sometida, nunca lo había logrado. Algo en su organismo la empujaba a sobrevivir, a salvarse cuando estaba más al límite, como ahora.

Estaba débil, precisaba urgente algo de energía. Por eso aguardaba la llegada de alguna lamentable víctima.

Luego se iría y ya no regresaría ni miraría atrás…


Si me vieran mis padres... ¡Y mis amigos! Ni siquiera los matones del barrio transitan estas calles por la noche.

Sonrío. No soy ningún matón, pero estoy acá, caminando sin compañía alguna.
Todo por Mariel.

El cielo cubierto de nubes evidencia la tormenta que amenaza con estallar en cualquier momento. Los relámpagos se dibujan como sutiles arterias en el cielo, mientras yo camino a paso sostenido.

Ya voy a mitad de camino, un esfuerzo más y listo, habré llegado.

De pronto, un sonido llama mi atención. Pocos metros más adelante, algo se mueve entre las sombras.

Mi corazón comienza a latir rápido, feroz.

Una suave melodía se escucha lejana y el miedo que podría haber nacido en mí, muere rápidamente. Apresuro el paso, algo me empuja a saber quién canta con tan dulce voz.
Apoyada contra un árbol, cantando con los ojos cerrados, descubro a la dueña de ese canto angelical.

Mi sorpresa aumenta al comprobar que esa hermosa mujer de cabellos oscuros y cobriza piel no es otra que Mariel.

¿Ella vino a buscarme? ¿O también llegaba tarde a la fiesta y por eso tomó este camino?

Me acerco lo suficiente como para susurrar su nombre y que ella pueda oírme por sobre el viento. Abre los ojos y me observa tristemente. Podría jurar que está asustada, preocupada al verme allí, a su lado.
Da un paso hacia atrás, yo doy un paso adelante. Presa del pánico, Mariel sólo niega con un sutil movimiento de la cabeza.

Por unos instantes, tengo la impresión de que una lucha interna se desata dentro de Mariel y no entiendo lo que sucede; hasta que ella salta sobre mí, abrazándome dulcemente y yo le devuelvo el abrazo, feliz ante su muestra de afecto.

Un escalofrío recorre mi cuerpo…


Ya nada importa. La inocente víctima ha caído en las redes de la araña. Ella lo sabe bien, su encanto es fatal, nadie se le resiste.

Cuando enfocó su mirada en su presa y descubrió quién era en realidad, sintió que la vida le estaba reclamando por todas las bajas que ella había ocasionado.
De todo el pueblo, de toda la ciudad, tuvo que venir a aparecerse la única persona que le importaba.

No podía decir que lo amaba, eso nunca sería verdad. Los de su especie no amaban, no habían sido hechos para amar. Pero había aprendido a apreciarlo, luego de ver su simpatía constante y su amistad sincera y sin prejuicios.

Esto no podía estar sucediendo… ¿Por qué él? ¿Por qué no otro?

Intentó escapar, irse cuando aún le quedaba algo de fuerzas para resistirse a atacar. Toda la distancia que ella marcó, él la desdibujó en un instante.
Si hubiese podido llorar, innumerables lágrimas rodarían por su rostro. Era imposible. Ella no amaba, no lloraba y su hambre clamaba urgente atención.

Temerosa, se acercó borrando todo espacio entre él, su víctima, y ella, la bestia con forma de mujer. Lo abrazó, aspirando el dulce aroma de su piel.

Ese simple contacto hizo estremecer a su presa. Ella volvió a dudar. Necesitaba alejarse, pero no podía…


Mariel me observa con un dolor palpable en la mirada. Trato de sonreírle, me mortifica verla así, tan apenada.

La imperiosa necesidad de besarla despierta en mí con arrasadora fuerza. Acerco mi rostro al suyo, Mariel no se resiste, también busca el beso.
En el preciso instante en que sus labios y los míos entran en contacto, siento el mundo desvanecerse bajo mis pies.

De pronto, estoy cayendo por un oscuro túnel y algo me dice que no habrá salida…


La oportunidad de alimentarse se le presentó sin necesidad de buscarla. Él había cortado toda distancia y estaba ahí, ofreciendo tentativamente sus labios. Anhelaba besarlo, regalarle algo de cariño como agradecimiento por su compañía. Sabía bien que el beso no sería una simple muestra de afecto. El roce de labios significará para él la pérdida de su vida y para ella, la fuente de energía que tanto necesitaba.
Ya no pudo resistirse, sólo actuó por instinto.

Sus labios se unieron en caluroso beso y comenzó a suceder lo que ella menos quería…
Como si aspirara la vida con ese mínimo contacto, sin causar herida alguna ni atacarlo violentamente, absorbió la energía de su víctima mientras sentía que las fuerzas renacían en su interior.

Rápidamente, el cuerpo de ese muchacho que tanto le importaba cayó sin vida entre sus brazos.

El beso concluyó cuando ella percibió que le había arrebatado hasta la última porción de existencia. Entonces, un estremecimiento envolvió su cuerpo. Le dolía haber causado la muerte de ese inocente.

A sabiendas de que podía ser descubierta, cargó el cuerpo y partió rumbo a la casa del fallecido.

Por única vez, se permitió a sí misma dejar la evidencia de su crimen. Quería que su familia pudiera llorarlo y darle sepulcro como correspondía. Era una manera de pedirle disculpas, de sentir que limpiaba su macabro asesinato.

Con sumo cuidado, depositó el cuerpo del muchacho junto a la puerta de entrada y tocó el timbre.

Antes de que nadie pudiera responder, giró sobre sus pasos y marchó veloz, confundiéndose entre las sombras de la noche.
La tormenta estalló al fin, como si acaso la ciudad clamara la muerte de Nicolás, como si el cielo acusara a Mariel por la vida que había destrozado…

-Fin-

Relato: Roja oscuridad - Maga de Lioncourt.

2do lugar: "Roja oscuridad" de Maga de Liouncourt.

Otros blogs de la autora:
Maga de Lioncourt
Escribiendo la noche
Letras oscuras


La primera vez que la vi, pensé que era un truco de luz.

Era tarde, llevaba horas intentando sacar algo en limpio del extenso documento del que debía presentar una crítica al día siguiente. Recuerdo haberme quitado los lentes para masajear mis cansados ojos y al abrirlos… una sombra se deslizó por la pared opuesta.

No le presté atención. Mi mente estaba saturada y las puertas y ventanas estaban cerradas hace mucho. Incluso había activado la alarma. Así que la idea de que alguien pudiera estar cerca de la casa ni siquiera se me ocurrió.
Quizás mi pasividad fue tomada por un gesto de confianza.

La noche siguiente salía del baño envuelta en una gran toalla, deseando acabar pronto con el secado del cabello, cuando escuché a mi gato, Neko, bufar en el pasillo.

Fui hacia él buscando tranquilizarlo. Llevaba un par de noches bastante agitado y lo achaqué al mal tiempo que se avecinaba desde el sur.

Neko estaba ante la puerta del baño, de cara al angosto pasillo. Su espalda estaba curvada al máximo y tenía el pelaje en punta. La cola era el doble de gruesa y apuntaba al techo. Bufaba y enseñaba los dientes hacia la oscuridad de mi habitación.

Me agaché ante él, hablándole con voz arrulladora.

─Ya, ya está, mi gatito. Mi Neko, que no es nada, ¿no ves?
Pero él dejaba oír una voz profunda nacida muy en su interior, y sus dientecitos afilados seguían expuestos.

Olvidada de todos los consejos que he leído y me han dado cuando un gato está molesto, extendí una mano, queriendo brindarle consuelo. Pero, veloz y ágil como sólo ellos pueden ser, el gato giró hacia mí hundiendo sus garras profundamente en mi piel.

Solté una exclamación, más de sorpresa que de dolor, y me quedé viendo la herida de la que comenzaba a manar sangre cada vez más espesa, mientras Neko salía despedido hacia la sala, quizás rumiando algún castigo por la agresión en su mente gatuna.

Me levanté de prisa cuando la sangre comenzó a gotear sobre el felpudo, y giraba para volver al baño, cuando una vez más la sombra se dejó ver.
Duró un momento, como un pestañeo y me convencí de lo imposible de la visión, diciéndome que era producto de mi imaginación. Seguro que al levantarme tan de prisa me había mareado un poco…

Sin embargo, una parte de mi mente permanecía atenta a la imagen de la sombra recortada en el vano de la puerta de mi habitación, y por mucho que dijera mi lado práctico esa noche me costó mucho conciliar el sueño.

...

Los días siguieron su curso con pasmosa normalidad. Después del trabajo volvía a casa trayendo algún regalito para Neko, mi pequeño gato temperamental. Iba y venía por la casa, me sentaba a leer en mi sofá preferido, preparaba una cena liviana y la comía frente al televisor a la hora de las noticias. En cada habitación que entraba las luces permanecían encendidas todo el tiempo, a su máxima potencia.

Neko estaba mimoso, apegado a mí más que de costumbre, siguiéndome de un lado a otro y durmiendo sobre mi pecho cada noche.

El paso de los días, la rutina, la manía de encontrarle lógica a las cosas, ayudaron a disipar cualquier inquietud, y hasta Neko volvió lentamente a sus quehaceres gatunos, abandonándome con más y más frecuencia para salir en sus correrías.

Una noche que hacía demasiado calor para poder dormir, decidí levantarme por un vaso de agua.

Neko, inquieto por la humedad que flotaba en el ozono, no tardó en encaramarse a la mesada de la cocina, exigiéndome silenciosamente que le abriera la ventana.

Todo pasó de prisa.

En un momento me encontraba observando al gato percibir los olores de la noche, y al siguiente su cola se perdía de vista, la ventana se cerraba con violencia sobresaltándome de tal modo que, por no apretarme los dedos, retiré la mano con tal fortuna que terminé reabriendo la herida anterior con una cuchilla olvidada fuera de su lugar.

El dolor fue muy intenso y la impresión fue tal que antes de ponerme a pensar en esa cadena de eventos desafortunados, corrí a sumergir la mano en el chorro de agua del fregadero. El agua y la sangre fluyeron por el desagüe. La herida no era profunda, pero no parecía disminuir la cantidad de sangre. Después de un rato cerré la canilla y me giré para tomar un repasador limpio con el que cubrir la herida, pero el movimiento propulsó el suelo hacia mí, sin que pudiera evitarlo…

No sé cuánto tiempo estuve inconsciente.

Cuando desperté, aún antes de abrir los ojos, todavía me sentía mareada. Estaba extendida en el piso cuan larga era, pero de un modo que me llevó a suponer que quizás había girado de nuevo al desmayarme. Debajo de mi mano herida había un charquito de sangre casi seca, pero del corte ya no fluía más. Estaba descalza, las pantuflas se veían a pocos metros de mí, apuntando en diferentes direcciones. Me senté de a poco bajándome la blusa del pijama que se había levantado hasta debajo de los senos.

No sentía dolor. Con dos dedos recorrí mi cabeza en busca de algún chichón, consecuencia de la caída, pero no había ninguno.
Seguía en el piso, inspeccionándome, aturdida aún, cuando escuché al gato bufando y arañando la ventana. Me sobresaltó el escándalo que armaba entre tanto silencio de plena madrugada.

Tomándome del borde de la mesada, me pude levantar sin volver a experimentar mareos o malestar. Me di vuelta para abrir la ventana y vi a Neko cada vez más enfurruñado arquear el lomo y soltar zarpazos contra el vidrio, mientras miraba amenazante hacia mi izquierda.

Su actitud me sorprendió tanto que me precipité a abrirle y en un visto y no visto Neko había saltado al interior gruñendo, con el pelo crispado. Bajó la mesada y al seguir la dirección de su mirada en principio no fui capaz de distinguir la amenaza en la oscuridad. Pero entonces Neko dio un salto al frente y, como una gota de lluvia deslizándose en el cristal de la ventana, percibí el movimiento de la sombra que huía hacia la sala.

El horror fue tan profundo que me quedé sin aire. Golpeándome la cadera contra el borde de la mesada me pegué a la pared, tanteando a ciegas en busca de un arma.
Neko había ido tras su presa, gruñendo y bufando con más intensidad.

El corazón se me había desbocado y la falta de aire estaba causándome un fuerte dolor en el pecho. Estaba paralizada, incapaz de hilvanar un pensamiento coherente, cuando escuché romperse algo en la sala y a Neko chillar de furia o dolor. Entonces dos palabras brillaron en mi mente: “Intruso” y “Policía”, y sin saber cómo me las ingenié para alcanzar el teléfono y discar al 911.
Entre timbre y timbre fue que me di cuenta que la casa estaba de nuevo en completo silencio.

La policía no encontró huellas alrededor de la casa, ni ninguna señal de que alguien hubiera irrumpido. Vinieron, lo revisaron todo, y me hicieron notar que estaba todo perfectamente cerrado. Incluso tuve que armarme de valor para salir a recibirlos cuando tocaron a la puerta.

Dijeron que quizá el calor, el desmayo, el estrés… Que Neko habría sentido mi nerviosismo y se habría alterado, llegando a actuar como lo hizo. La sala estaba cubierta de sangre, vidrios y porcelanas rotas, pero ni la más mínima señal de que alguien más hubiera estado allí.

Insistí, me mantuve en mis trece, y cuando me di cuenta que de nada servía, opté por guardar silencio.

Me preguntaron si había alguien que pudiera ir a pasar la noche conmigo y aguardaron hasta que mi hermana llegó, bastante más nerviosa que yo.

Cuidó de mí el resto de la noche, insistiendo para que tomara un té y una pastilla para dormir. Mientras estaba en la cama pude escucharla trajinar en la sala, limpiando todo y poniendo los muebles en su lugar. Fui cayendo en un sopor cada vez más intenso. Aunque la luz de la portátil bañaba la habitación, una sombra bailaba detrás de mis párpados…

Cuando desperté seguía todo oscuro.

La casa estaba sumida en el silencio, y ninguna luz traspasaba las cortinas más allá de mi habitación. Me sentía cansada, los miembros pesados, los párpados imposibles de terminar de abrir. Sentía como si hubiera estado comiendo algodón mientras dormía.
Con lentitud me levanté. Fui al baño, pero el agua en el rostro no terminó de espabilarme. Bebí mucha agua del grifo pero aún tenía mucha sed, así que decidí ir por más a la cocina.

Una vez allí, olvidando delicadezas, bebí casi medio litro directamente de la botella, cambié la que había en el recipiente de Neko y rellené su plato de comida. Dudé si comer algo, pero me apetecía más volver a dormir que cualquier otra cosa.
Volvía a mi habitación cuando escuché ruidos provenientes de la sala. Parecía que alguien estuviera arañando los vidrios y enseguida pensé en Neko, que estaría afuera y harto de llamarme para dejarlo entrar.

Caminé hacia allí, esquivando muebles y tanteando la pared más como apoyo que como guía. Me acerqué a la ventana, pero por más que hice no hubo forma de que pudiera abrirla, así que decidí encender la luz para poder ver cuál era el problema. Tanteé sobre la mesa junto al sofá, pero la hallé vacía, sin rastros de la lámpara. Algo confundida, me dispuse a desandar mis pasos hacia el interruptor de la luz de techo, cuando volví a escuchar el ruido y me di cuenta que no venía desde afuera.
El sonido nacía en la sala, chirridos y golpes. El sonido venía de la pared opuesta adonde me hallaba y se hacía más fuerte cada vez.

Cuando la primera figura salió de la pared y avanzó hacia mí, comencé a recordar.
Las sombras. La sangre. Los ruidos. La policía. Mi hermana… y mi pobre gato muerto entre los restos de la lámpara y portarretratos.

Las imágenes de la noche anterior acudieron en tropel a mi mente, eliminando con su fuerza los efectos sedantes de mi sistema. Y mientras la segunda sombra salía de la pared y también se paraba frente a mí, sentí una fría y viscosa presencia restregándose contra mi pierna, con familiar confianza.

Ni siquiera se me ocurrió gritar o huir al ver a una tercera e incluso una cuarta sombra terminando de cerrar un círculo a mi alrededor.
Sabía lo que ocurriría. De nada serviría luchar.

Relato: Cada mañana.

2do lugar - "Cada mañana"

Otros blogs del autor:
De antología.
Really sad life.


Como cada mañana, el viento frío golpea su rostro. Como cada mañana, él se arrebuja en su parka y se cala más el gorro, para no perder el calor. Como cada mañana, espera en esa esquina la llegada del bus, que ha de llevarlo a su trabajo.

Sin embargo, esta mañana algo es diferente, algo no es lo habitual.

Esta mañana se levantó demasiado temprano, pues no podía dormir. Mil vueltas en la
cama no le ayudaron en nada, y comenzaban ya a incomodar a su mujer que, despierta a
medias, rezongó algo ininteligible, y se cubrió la cabeza con las frazadas.

Se levantó, tanto para no molestarla, como para buscar algo que hacer…

La ducha acostumbrada, la afeitada y el arreglar el bolso, como cada mañana, no le tomó más tiempo que el habitual, y así es que allí está ahora, como cada mañana, en la misma esquina, esperando el mismo bus, con la sola diferencia de que hoy es mucho más temprano, y tendrá que esperar más… media hora más.

Es un domingo, y a esa hora, las cinco treinta de la madrugada, no se ve a nadie por la calle. Una calle de barrio por la que, en una hora más, como cada mañana, llegará en su busca un bus, para llevarlo a su trabajo.

El sonido de un motor lo hace voltearse, a tiempo de ver un auto, un taxi colectivo, llegar a la esquina. De él baja una muchacha, una joven, poco más que una quinceañera, que se acerca hacia él, camino de su casa.

Él la observa sin interés, con una mirada vacía, como si no hubiera advertido la turgencia de sus pechos jóvenes, y la sombra de sus tiernos pezones, bajo el apretado top de blanca lycra. La mira indiferente, pese a sus firmes y torneadas piernas, mal cubiertas por una minifalda. Sin embargo, tal vez su mirada no sea tan vacía, tan indiferente como pensaba, ya que la muchacha, al verlo, decide cruzar la calle, para poner distancia.

El viento, que vuelve tras unos minutos de calma, llegando por detrás levanta su falda, descubriendo la piel rosada y la redondez de sus nalgas, entra las que apenas se adivina un negro trozo de encaje. Sorprendida, avergonzada, baja sus manos para cubrirse, para sujetarla, sin dejar de avanzar hacia su casa.

Sin embargo, esos escasos segundos, esa fugaz visión, no han pasado inadvertidos, ni
han dejado de tener consecuencias: el rostro de él ha cambiado, refleja algo oscuro,
desconocido hasta entonces, que ha despertado en su interior, algo oscuro que impulsa a sus pies a seguirla -sin que él lo busque ni lo quiera- algo oscuro que impide a sus ojos desviarse del movimiento de su ahora aprisionada falda, y a sus oídos escuchar otra cosa que el rítmico sonido de sus tacos.

Más que verlo, lo siente ella acercarse, y apura el paso, camina más rápido pero –en el silencio de la noche- oye claramente que él hace lo mismo… Por primera vez, desde que sale sola a fiestas y vuelve tarde a casa, siente temor. Por primera vez, le parece escuchar los consejos de su madre, y recuerda entonces que le mintió al decirle que la vendrían a dejar a casa. No es la única vez que le ha mentido (¿quién querría traerla?), pero sí es primera vez que siente culpa, que se arrepiente…

La mente de él en cambio, en esos pocos segundos, va por muy distintos caminos:
calcula la distancia hasta ese sitio eriazo, a mitad de cuadra, donde un viejo árbol, y un auto abandonado, le parecen el mejor lugar para tumbarla, para desnudarla, poseerla y gozarla, para hacer suyo, completamente suyo, ese cuerpo joven, caliente, palpitante. No cabe en sus pensamientos lo que hará después de saciarse de ese apetito irracional, no piensa en ello, no piensa en nada.

Sus pasos se apresuran más, los de ella también. Vuelve sólo un instante la cabeza y lo ve allí, tan cerca, que siente su corazón inundarse de miedo, y –soltando su mini- echa a correr… Él la sigue, con fría determinación, sin pensar, sin sentir, con sólo ese turbio propósito grabado en el más oscuro rincón de su alma, alejado de todo lo que no sea ese cuerpo vibrante, que intenta escapar de él…

En ese momento, no le importa nada, no le importa que lo vea alguien, no le importa si lo atrapan, no le importan ni su esposa ni sus hijos, que duermen en casa. En su mente sólo una idea cabe: poseerla, tomarla, forzarla, hacer suya esa carne joven, y luego… nada… no hay nada después de eso, sólo un negro vacío…

Su carrera les ha llevado ya junto al árbol, como lo calculaba. Es el momento, la ocasión de hacerlo. Estira su mano, sujeta ese hombro desnudo, con fuerza, y se detiene bruscamente, deteniéndola también a ella, casi botándola, volviéndola hacia él. Puede ver entonces su rostro, desencajado por el miedo; puede sentir bajo su mano la húmeda piel, puede verla allí, pálida de terror; escucha brotar, de entre la mueca que forman sus labios, en un sollozo entrecortado, un ahogado “no…”

Y entonces, algo se quiebra, se rompe, en su interior… y la suelta… y sigue mirándola, pero ya sin verla… la oscuridad que hace unos momentos despertara, creciera y se desbordara, ha vuelto a dormirse, ha vuelto a perderse en las profundidades de su alma…

La muchacha, a pesar del miedo que la embarga, a pesar de que se sentía ya perdida,
advierte el cambio en su mirada, nota la diferencia, y sin pensarlo más, vuelve a correr… corre, esta vez sin sollozos ni lágrimas, corre, hasta perderse tras la esquina, corre, hasta su casa…

Él, sigue allí. Lo que ha vivido, no lo vivió. Lo ha olvidado todo. Su mirada va hacia atrás, hacia la parada del bus y, extrañado de no estar ahí, extrañado de ver su bolso allí botado, vuelve sobre sus pasos, lo recoge, y espera. Espera, como siempre, como cada mañana, que sea la hora de irse…

Nada ha cambiado. Todo es como cada mañana. La calle vacía, como cada mañana. El
bus que llega, y lo recoge, como cada mañana. Los mismos rostros, el mismo chofer,
como cada mañana…

Al doblar la esquina, después de un par de cuadras, escucha el eco lejano de una sirena, tras la ventana se adivina el reflejo de luces azules y rojas… pero ya el bus se aleja, como cada mañana… Su vida es sólo una rutina…

martes, 12 de octubre de 2010

Mi concurso: FANTASTIC HALLOWEEN.


Hola -abandonados- lectores, sé que tenía 4 meses sin actualizar, pero tengo otros proyectos por ahora y hoy, les traigo un concursito, una fusión extra, porque dicen que uno ve y se le antoja jajaja, y es que vi en Soy Cazadora de Sombras y Libros uno muy bueno, y aunque éste no es ni su sombra, me surgió la idea de conmemorar el halloween y el día de muertos que se festeja acá en xico. En sí, es algo simple, dónde me gustaría que participaran, por el sólo hecho de que compartan conmigo sus escritos, hay premios!!!! humildes, pero con todo el corazón:

¿Qué debo hacer?

Un relato, un cuento ó según la tradición mexicana: una calavera literaria (para saber en que consiste esta última,
click aquí y para ver un ejemplo pincha aquí)

¿Qué con los escritos?

- Los escritos son a libre extensión, procurando la ortografía, aunque si gustan enviarme su historia y esta gana, yo puedo ayudarles a corregirla, no deberán preocuparse por eso, lo que contará es la imaginación y la desenvoltura para escribir.

El escrito debe ser de: thriller, misterio, paranormal ó romántico paranormal.

- Además, deberán ser enviados en un documento word, o en el cuerpo del mensaje a fantastica-realidad@hotmail.com, con asunto: Concurso fantastic. No se les olvide añadir sus datos: Nombre o seudónimo, dirección completa de su blog y el pack que te gustaría ganar.

+Por el escrito ganan 10 pts. Obligatorio*
+Porque me guste su escrito 5 pts. (¬.¬)
+Por hacerle publicidad al concurso en sus blogs 5 pts. Opcional*
+Por comentar la entrada en el blog fantasy 5 pts. Opcional*

Ganará aquel escrito que obviamente tenga lógica o congruencia y una historia original o que al menos esté escrita de una forma apasionante y también es obvio, que el que junte más puntitos. Como verán, hay muchas oportunidades de ganar!!!! ya sea por puntos o por su historia.

También debo aclarar, que puede haber un ganador en cada especialidad, es decir, si me envian varias calaveras podría elegir un ganador, si me envian varios relatos otros de allí y si me envían varios cuentos, también podría haber otro ganador.

Ahora si, la recompensa por tu trabajo ¿sería...?

En primera instancia, te daré:
- Una Portada o ilustración de tu escrito.
- La Difusión del mismo.
- Pondré tu sitio como blog del mes aquí en Fantasy.

Y el plus será:
- Un pack de libros en formato PDF, les aviso, que este no es el concurso que había prometido, puesto que los libros físicos como ya les había comentado, los daré en el concurso cuando lleguemos a 150 seguidores, osea que para eso falta "un mucho :S". Mientras tanto, pueden elegir de entre los siguientes packs:

1.- Thriller y misterio...

Contiene:
- Compilación: La milla verde (serie adaptada en español como: Milagros inesperados) - Stephen King.
- Libros sangrientos I,II,III - Clive Barker.
-Cañitas - Carlos Trejo.
- Angelology - Danielle Trussoni.
-Vampiro - José de la Rosa.

2.- Fantasía y romántica paranormal...
Contiene:
- Ghost Girl - Tonya Hurley.
- Ghost Girl el regreso - Tonya Hurley.
- La Meláncolica muerte de chico ostra - Tim Burton
- Demon envy - Erin Lynn.
- La guerra de las brujas - Maité Carranza.

Toma el banner del concurso please!!!

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